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La Pamplona napoleónica

¿Cuántas veces hemos pasado por las calles del Casco Antiguo de Pamplona y no hemos sabido mirar bien?

La tropa se reunió la mañana del pasado sábado, 29 de abril de 2023, en la Plaza del Castillo de Pamplona, preparados a encontrar una respuesta. Comandaba la tropa el capitán Pedro del Guayo, pregonero versado y apasionado que se presentó pertrechado de munición de primera así como de los mejores informes sobre algunos de los paisanos implicados. Entre la tropa se detectaron al menos tres autoridades en la materia infiltrados cuya contribución sólo sirvió para potenciar la visita, la ruta: un recorrido por la Pamplona napoleónica.

La experiencia estuvo repleta de noticias y anécdotas que, lejos de aburrir a los asistentes con batallas e historias de soldados, sirvió para saber de la vida cotidiana de muchos vecinos de entonces y el papel protagonista que asumieron. Exactamente lo mismo de los «visitantes» que se asentaron en la ciudad. En todos los casos, un protagonismo alejado de tintes en blanco y negro, lleno de ricos matices de color gris porque, no hay que olvidarlo, en las trincheras, dicen, todos rezan a Dios pero tampoco se conocen en ellas santos.

La ruta, con sus correspondientes hitos, transcurrió principalmente por el Burgo de San Cernin tras haber salido de la Plaza del Castillo y haber realizado una primera parada en la Plaza Consistorial. La ciudad, a esa hora, estaba repleta de grupos turísticos que, sin la menor duda, nos tomaron por otro más desconociendo los doctores en Peteuveología que formaban el grupo. ¡Menudo nivel, Maribel!

No faltó, como en toda buena marcha marcial que se precie, la parada y fonda auspiciada por la Sociedad Napardi que nos dio, a partes iguales, cariño y chistorra regada de tempranillo, garnacha, graciano y mazuelo. Que se trataba de hacer patria ¡ea! contra la francesada.

Al borde del éxtasis folklórico retomamos la senda -todas ellas, que aquello se bifurcaba por momentos-, y nos acercamos al final del viaje programado. El colofón vino al borde de la muralla, cerca del Portal Nuevo y mirando a San Cristóbal. Era momento de rememorar el Sitio de Pamplona (1813). Pero los mejores cañonazos vinieron, una vez más, revestidos de paisanos protagonistas que no dudaron en dejar su vida por la causa más justa. Pero, como dicen ahora, no hay más spoilers que, con total seguridad, esta ruta napoleónica por Pamplona tendrá más ediciones y es recomendable participar en ellas.

Vive la France! y ¡Viva la Pepa! (pero la de Pamplona, no la Constituta). La tropa se retira.

Pregón Siglo XXI, 1943-2023

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